BELGRANO
Entre lunas de barro y luz salada,
entre voces de luto y amargura
descubriste, de pronto, la hermosura
de una antigua paloma inmaculada,
de una rosa de vientos, desplegada
como una enunciación de la ventura,
como un ángel de azules y ternura,
como una comunión iluminada.
Descubriste, de pronto, los colores,
fe de la fe y amor de los amores,
un infinito corazón piadoso,
general de la pena y el desvelo,
adelantado, fundador del cielo,
eternamente limpio y silencioso.
Gustavo García Saraví